Miles de participantes en la Marcha contra el SIDA en Nueva York
Millares de personas se dirigieron el domingo por la mañana hacia Central Park, en Manhattan, para unirse a la 22 Marcha contra el SIDA, organizada en Nueva York.
El evento, que recorre unos 10 kilómetros, ha recaudado cerca de 90 millones de dólares desde 1986 y beneficia a organizaciones como Gay Men Health Crisis, entre otras.
La campaña promocional para la Marcha de 2007 se hizo pública el jueves. Centenares de miles de pósters, carteles, panfletos y anuncios on-line se pudieron ver en los cinco distritos de la ciudad en las semanas anteriores al 20 de mayo, fecha en la que se celebró el evento.
El fundador de la Marcha contra el SIDA, Craig R. Miller, declaró que "es importante recordar al público que todavía existe la imperante necesidad de que cada uno de nosotros tome acciones directas para luchar contra la apatía y la complacencia que rodean a la epidemia en EE.UU."
El director del evento, Leif Green, que junto a Miller fue clave en el desarrollo de la nueva campaña, dijo que se estaba esforzando para "demostrar cómo el esfuerzo y la perseveranza de una persona pueden capturar la esencia de todo un movimiento".
"Hemos creado seis perfiles que representan a diferentes espectros de gente afectada por el SIDA", dijo Green, quien añadió que "estos perfiles incluyen, entre otros, un hombre homosexual latino, una trabajadora afro-americana, un universitario heterosexual, una madre joven y su hijo, una pareja de homosexuales y un abuelo americano de origen asiático".
Los organizadores han anunciado que la campaña para la Marcha de 2007 "requiere toda nuestra atención por la causa por la que lucha".
El año pasado, alrededor de 47.000 participantes recaudaron la cifra récord de 6,7 millones de dólares, convirtiendo al evento en el máximo recaudador de fondos contra el SIDA del país. (Xinhua)
La Santa Sede pide medicinas contra el sida, la tuberculosis y la malaria al alcance de los pobres
GINEBRA, lunes, 21 mayo 2007 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que invierta en el desarrollo de medicinas contra enfermedades contagiosas que tienen efectos devastadores en los países pobres, particularmente en África.
Presentó la petición el arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra, al intervenir ante la LX Asamblea Mundial de la Salud que se celebra en la ciudad suiza del 14 al 23 de mayo.
La delegación vaticana pidió prestar particular atención a las emergencias que plantean la tuberculosis, malaria, y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el agente infeccioso determinante del sida.
«Muchas de las amenazas a la seguridad sanitaria causadas por estas enfermedades podrían afrontarse de manera adecuada si la familia humana en su conjunto adoptara programas de acción asequibles para promover una investigación, vacunación, tratamiento y educación preventiva que respeten la ley moral natural», aseguró.
El prelado recordó que Benedicto XVI ha subrayado «la necesidad de promover la justicia social en este sector tan delicado del tratamiento y el cuidado de los enfermos para asegurar una justa distribución de recursos necesarios para la investigación y el tratamiento».
Desde esta perspectiva, recordó monseñor Tomasi, en preparación de la próxima cumbre del grupo de los siete países más industrializados y Rusia (G8), que se celebrará en junio en Alemania, el Papa ha enviado una carta a Angela Merkel, canciller alemana, en la que asegura que «se necesita una inversión importante de recursos en la investigación para desarrollar medicinas contra el sida, la tuberculosis, la malaria y otras enfermedades tropicales».
«Hace falta también que la tecnología médica y farmacéutica y los tratamientos sean asequibles, sin imponer condiciones legales o económicas», dijo el obispo, convirtiéndose así en portavoz del Papa ante la asamblea.